Actualmente en nuestras vidas hay poco sitio para la magia. No hablo de complicados hechizos en un gran caldero a fuego lento ni tampoco de alas de murciélago. Más bien hablo de pequeñas cosas que nos pasan desapercibidas debido al son acelerado que bailamos la mayoría. Hablo de un café al sol, de unas risas entre amigos, de un tazón de cereales de chocolate por la mañana o del lametón de mi perro cuando llego a casa.De un baño con sales y jabón de naranja antes de dormir, de un beso que me dieron no hace mucho, hasta incluso los sueños que se nos vienen a la cabeza cuando todavía no hemos cerrado los ojos. Hay mucha magia a nuestro alrededor que no requiere de palabras mágicas ni extraños sortilegios, pero sí de un poquito de atención…
lunes, 3 de septiembre de 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario