La magia se encuentra íntimamente ligada a la condición humana, forma parte de nuestras vidas, podemos encontrarla en los espectáculos como el cine, televisión o teatro y también en nuestra vida diaria, si sabemos donde buscar.
Las noticias que tenemos sobre el origen de la magia se remontan a la civilización más antigua de la humanidad, la egipcia. En el antiguo Egipto vivía el mago Dedi, muy estimado en la corte del faraón Keops, por su habilidad para unir cabezas que han sido cortadas o domesticar leones.
En la antigüedad clásica, se sabe que algunos profesionales del gremio, utilizaban sus extraordinarias habilidades, para ofrecer espectáculos de diversión y entretenimiento para el público. Pero en Grecia y Roma, las prácticas de carácter mágico iban más allá del mero espectáculo, pues gracias a la mitología tenemos noticias de la existencia de los oráculos, sacerdotes o sacerdotisas, con habilidades especiales para adivinar el porvenir de los incautos mortales.
En el siglo IV, el cristianismo pasó de ser una religión perseguida a adquirir grado oficial. Las conversiones fueron masivas, si bien este hecho no causó la desaparición de las creencias paganas, cuya existencia adquirió más importancia si cabe, con la caída del imperio y las invasiones bárbaras.
A comienzos de la Edad Media, las creencias populares dirigidas por los druidas, quienes extraían su poder de la naturaleza, se convirtió en una seria amenaza para la religión oficial.
A partir del siglo XVI, vuelven a tomar fuerza las noticias relativas a la magia. De esa época está fechada la existencia en Inglaterra de Reginald Scot, autor del libro “El descubrimiento de la brujería” publicado en 1584. Esta publicación puede ser considerada como el primer tratado de magia para el mundo moderno, al recogerse algunos de los trucos más interesantes de la época.
Durante el siglo XVII, abundan los charlatanes errantes, que se encargaban de recorrer los principales pueblos y ciudades, en cuyas plazas públicas exhibían sus espectáculos con los que lucrarse a costa de la ignorancia popular. Sin embargo, en esta centuria hay que destacar un mago importante, Ockes Bockes, al que se considera padre del término Hocus Pocus. También en esta época se introduce en Europa el arte de la Cartomancia.
A partir del siglo XVIII y hasta nuestros días, la magia adquiere dimensiones de espectáculo, dentro de los teatros, cine o televisión, Sse universaliza y puede ser vista desde varios campos pero sobre todo queda ligada al mundo de la farándula, ilusionismo, mentalismo…
A estas alturas de la Historia, la magia que ha quedado olvidada ha sido la de estar por casa, la de las abuelas, la de los talismanes, la que se esconde en el interior de las personas, la que es posible con algo de imaginación y una pizca de fe. Ese es el punto de partida de nuestro viaje por el mundo elemental, fantástico, absurdo y necesario (aunque todavía no lo sabemos) de la Magia.
Las noticias que tenemos sobre el origen de la magia se remontan a la civilización más antigua de la humanidad, la egipcia. En el antiguo Egipto vivía el mago Dedi, muy estimado en la corte del faraón Keops, por su habilidad para unir cabezas que han sido cortadas o domesticar leones.
En la antigüedad clásica, se sabe que algunos profesionales del gremio, utilizaban sus extraordinarias habilidades, para ofrecer espectáculos de diversión y entretenimiento para el público. Pero en Grecia y Roma, las prácticas de carácter mágico iban más allá del mero espectáculo, pues gracias a la mitología tenemos noticias de la existencia de los oráculos, sacerdotes o sacerdotisas, con habilidades especiales para adivinar el porvenir de los incautos mortales.
En el siglo IV, el cristianismo pasó de ser una religión perseguida a adquirir grado oficial. Las conversiones fueron masivas, si bien este hecho no causó la desaparición de las creencias paganas, cuya existencia adquirió más importancia si cabe, con la caída del imperio y las invasiones bárbaras.
A comienzos de la Edad Media, las creencias populares dirigidas por los druidas, quienes extraían su poder de la naturaleza, se convirtió en una seria amenaza para la religión oficial.
A partir del siglo XVI, vuelven a tomar fuerza las noticias relativas a la magia. De esa época está fechada la existencia en Inglaterra de Reginald Scot, autor del libro “El descubrimiento de la brujería” publicado en 1584. Esta publicación puede ser considerada como el primer tratado de magia para el mundo moderno, al recogerse algunos de los trucos más interesantes de la época.
Durante el siglo XVII, abundan los charlatanes errantes, que se encargaban de recorrer los principales pueblos y ciudades, en cuyas plazas públicas exhibían sus espectáculos con los que lucrarse a costa de la ignorancia popular. Sin embargo, en esta centuria hay que destacar un mago importante, Ockes Bockes, al que se considera padre del término Hocus Pocus. También en esta época se introduce en Europa el arte de la Cartomancia.
A partir del siglo XVIII y hasta nuestros días, la magia adquiere dimensiones de espectáculo, dentro de los teatros, cine o televisión, Sse universaliza y puede ser vista desde varios campos pero sobre todo queda ligada al mundo de la farándula, ilusionismo, mentalismo…
A estas alturas de la Historia, la magia que ha quedado olvidada ha sido la de estar por casa, la de las abuelas, la de los talismanes, la que se esconde en el interior de las personas, la que es posible con algo de imaginación y una pizca de fe. Ese es el punto de partida de nuestro viaje por el mundo elemental, fantástico, absurdo y necesario (aunque todavía no lo sabemos) de la Magia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario